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ELA rechaza el parque de olas de Antondegi por sus «graves consecuencias» en el medio ambiente

ELA ha mostrado su rechazo a la instalación de olas artificiales en el parque de Antondegi en Donostia, ya que considera que ocasionará «graves consecuencias» en el medio ambiente, impulsa el turismo masivo y supone un «consumo irresponsable» de energía.

Olatu artifizialen proiektua jasoko duen Antondegiko lursaila. (Juan Carlos RUIZ/FOKU)
Olatu artifizialen proiektua jasoko duen Antondegiko lursaila. (Juan Carlos RUIZ/FOKU)

El sindicato ELA ha mostrado su rechazo a la instalación de olas artificiales en el parque de Antondegi en Donostia ya que considera que ocasionará «graves consecuencias» en el medio ambiente, impulsa el turismo masivo y supone un «consumo irresponsable» de energía.

ELA ha rechazado esta instalación sobre la que el pleno del Ayuntamiento donostiarra se posicionó a favor el pasado mes de enero al rechazar PNV, PSE y PP una moción de EH Bildu, apoyada por Elkarrekin, que pedía suspender la modificación del planeamiento urbano para permitirla.

Para ELA, este proyecto «no tiene ningún sentido» ya que ocuparía 6 hectáreas de zona natural en el área de Antondegi, un espacio situado «a tan sólo 4 kilómetros del mar» y «ni siquiera los surfistas lo respaldan», asegura el sindicato.

En este sentido, ELA señala que la iniciativa ‘Antondegi Berdea. Olatuak Itsasoan’ ha reunido a surfistas, grupos ecologistas y otros movimientos sociales que se oponen al parque de olas.

ELA asegura que el proyecto afectaría a la red de corredores ecológicos de la capital guipuzcoana y a varias especies que habitan en ellas, de las cuales 27 están amenazadas, al tiempo que advierte de que la urbanización de suelos reduce la capacidad natural de almacenamiento de dióxido de carbono en la atmósfera y ayuda al calentamiento global.

Asimismo, critica que las olas artificiales suponen un consumo de energía equivalente «a 500 hogares» y de agua «similar al llenado de 10 o 14 piscinas olímpicas», algo «inaceptable» en el contexto de la transición energética y el cambio climático.

ELA señala que la transformación de una zona rural en buen estado destruirá tierras agrícolas destinadas a la producción de alimentos de proximidad. «Hay razones suficientes para rechazar y retirar este proyecto que supone un paso atrás en el camino a la transición» ecológica, concluye ELA.